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La decadencia moral
Las cifras en cuanto tiene que ver a violaciones se incrementa drásticamente.
Sábado, 8 de Junio de 2019

Con estupor observaba las cifras presentadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal, según las cuales, en Colombia, entre enero y abril de este año han sido abusadas sexualmente 6.085 niñas menores de edad y han sido asesinadas otras 33. Esto quiere decir que cada día violan a 55 niñas, mientras que cada 3,3 días una es asesinada.

Las cifras en cuanto tiene que ver a violaciones se incrementa drásticamente, si se tiene en cuenta que muchos de estos delitos no son denunciados. No podemos seguir mirando las cifras impávidamente, sino por el contrario, necesitamos hacer una reflexción como sociedad y reconocer que estamos mal. Pese al desarrollo económico y social de las ultimas decadas, existe un salvajismo social del cual no se habla, que afecta todos los sectores.

En Colombia, cada cierto tiempo, un caso espeluznante llama la atención del colectivo y enciende las alarmas acerca de la necesidad de tomar cartas en el asunto para evitar el aumento indiscriminado de tan lamentables y repudiables conductas.

Deberían ser las instituciones las abanderadas en la reconstrucción moral de nuestra sociedad, dando ejemplo de pulcritud y tomando desde su campo funcional, las decisiones que garanticen la convivencia ciudadana y el respeto a los derechos fundamentales, donde la vida tiene el primer lugar. Sin embargo, creo que fallos como el proferido por la Corte Constitucional, al declarar inexequibles algunos artículos del Código de Policia que impedian desmanes individuales a través del consumo de drogas o alcohol poco o nada contribuyen a mejorar las condiciones sociales de nuestro pais.

Respeto profundamente la decisión de la Corte, pues como abogado, puedo entender que defiendan el derecho al libre desarrollo de la personalidad, pero no puedo entender cómo se prefiere el derecho individual, cuando prima el colectivo, máxime si en el asunto se comprometen los derechos de los menores.

Honestamente, ¿quiénes se adueñarán de los parques como espacios púbicos, un grupo de jóvenes consumiendo drogas o los niños que quieran jugar allí? Los padres responsables, evitarán que los niños vayan al parque para que no tengan contacto con consumidores de droga o alcohol. La Corte prefirió el interés individual sobre el colectivo, protegió el derecho de unos cuantos, y dejó en estado de indefensión el de la mayoría.

Si nuestra sociedad sigue permitiendo que el libre desarrollo de la personalidad, mal entendido, se traduzca en “hacer lo que se me da la gana”, llegaremos al extremo vicioso de permitir cualquier tipo de conducta. Por eso violar, matar, robar, consumir droga y todo tipo de vejámenes se han incrementado. Como ciudadanos, como sociedad, no podemos permitir seguir cayendo tan bajo. Tenemos que levantar la bandera de los valores e impedir a toda costa la decadencia moral.

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