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Hojas de parra
El alcalde Donamaris no solo ha sido el más corrupto de toda la historia de la ciudad sino el más desvergonzado.
Jueves, 7 de Abril de 2016

La sección quinta del Consejo de Estado declara nula la elección del alcalde Donamaris Ramírez para el periodo 2012-2015. Hay mucha indignación en la ciudad por un fallo emitido a estas alturas de la vida  cuando Donamaris  es un gocetas multimillonario que viaja por Europa con los dineros que arrebató del bolsillo de los cucuteños.

Y no es para menos. El alcalde Donamaris no solo ha sido el más corrupto de toda la historia de la ciudad sino el más desvergonzado y el más abyecto; el más corrupto y corruptor.

Muchos de los que se acercaron a él terminaron untados: magistrados, jueces, concejales, periodistas, abogados, arquitectos, empresarios, líderes, notarios, etcétera. También a ellos hay que investigarlos, porque nada de lo que hizo Donamaris hubiera sido posible sin esa complicidad.

Desde su hermano Doni (que quiere pasar de agache en estos escándalos) hasta Angie Chavarro (una mujer que nadie menciona pero que fue cómplice íntima de los desafueros de Donamaris), y sus escoltas, que cuidaban a un hampón. Y sus periodistas, que maquillaban a un hampón.

¿Por qué la justicia no actúo en su momento cuando Donamaris empezó a mostrar su piel de lobo? Porque era una justicia de bolsillo. Donamaris los tenía a todos comprados.

El procurador Provincial, Fredy Martínez, que debía investigar a Jimmy Galán (secretario General  y encargado de las contrataciones) era su amigo de universidad.

El contralor municipal, Carlos Eduardo Coronel, era íntimo suyo al punto de  que en cuatro años nunca inició procesos fiscales. El magistrado Edgar Bernal consideró que Donamaris era impoluto.

El personero Orlando Puentes Valderrama no hizo control disciplinario porque tenía demandado al municipio por 1400 millones de pesos y para que esa demanda se hiciera efectiva  a su favor tenía que contar con el concurso del alcalde, como efectivamente ocurrió el diciembre de 2015. Orlando Puentes, un lamesuelas de Donamaris, hizo en ese periodo un solo acto como personero: suspendió al gerente de Imsalud porque éste despidió a personal cercano a su familia.

Todos están comprometidos hasta el cuello: una arquitecta de Metrovivienda, secretarios de despacho, el almacenista general.

Pero tal vez el más oscuro y tenebroso de todos es el notario segundo Jaime Enrique González Marroquín cuya complicidad con el magistrado Edgar Enrique Bernal permitió, a través de argucias jurídicas, que a Donamaris no lo tocara la justicia.

El notario segundo escupió sobre su profesión, su investidura, sus colegas, cometió prevaricato y actuó,  no como una alta dignidad jurídica, sino como una puta prepago. Gracias a ese servilismo de cipayo municipal, el alcalde Donamaris le nombró a un hijo suyo secretario General de la Central de Transportes.

Ahora esta cuadrilla de hamponzuelos quiere tapar sus vergüenzas, pero no con hojas de parra, como lo hace todo el mundo desde los tiempos del Génesis, sino con billetes de cien mil.

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