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¿Hasta cuándo aguantará Petro?
No podemos confiar en las Cortes para que protejan la democracia, antes por el contrario serán parte de los “justificadores” de la extra-legalidad como hicieron con Santos.
Sábado, 18 de Febrero de 2023

Los primeros seis meses de la administración ejecutiva nacional de Gustavo Petro han estado signados por la inestabilidad, el deterioro económico, la inquietud y la desconfianza. La inestabilidad proviene de declaraciones del poder ejecutivo, a cual más absurda y peligrosa seguida de aclaraciones, repeticiones y no salimos de esa montaña rusa. En medio de una situación económica y política muy difícil esas declaraciones han llevado la economía a un acelerado deterioro; hay principios de recesión. La inquietud viene de la “paz total” que se materializado en cohonestar con los jefes del crimen organizado y amarrar a las fuerzas de seguridad del estado, junto con una agenda legislativa no de cambio sino de destrucción del modelo estatal vigente. La inquietud se profundiza al ver que el poder legislativo ha dado unas muestras de actitud corrupta abierta y unas Cortes mudas, como asintiendo con el “cambio”. Solo los organismos de control y algunos jueces se han opuesto a algunas medidas. Y todo eso nos ha llevado a una desconfianza generalizada no solo del estado sino entre los mismos ciudadanos; el tejido social está roto.

Pero, aún así, se sigue jugando a la democracia institucional. La gran pregunta es, ¿cuándo avancen los días y la presión en contra crezca por un deterioro económico que se decantará en una creciente oposición política en el Congreso y los organismos de control den una lucha frentera, entorpeciéndole su "cambio", cuanto aguantará Petro el camino democrático? ¿Cuándo pasará del derecho a las vías de hecho, bien sea con el apoyo de las Cortes con sus magistrados político-activistas o con la "conversión" de las fuerzas de seguridad y militares en "conversos activistas" dispuestos a apoyar el cambio, o simplemente haciendo el “cambio” desde la primera línea en la calle, para lo cual ya se desamarró de ataduras legales el líder Gustavo Bolívar? Si durante el gobierno Duque, Petro y sus cercanos no tuvieron problema en financiar e impulsar a la Primera Línea a cometer asonadas con la excusa de la reforma tributaria, ahora piden que los mismos salgan a defender el “cambio” que el “régimen” no quiere dejar hacer y ahora con el poder presidencial y las fuerzas de seguridad y militares amarradas, es difícil creer que vaya a seguir “tolerando” la embestida en su contra.

Hay indicios. Iván Cepeda el “mejor amigo” de la nueva Marquetalia ya dijo que no podían permitir que reglamentaciones del “sistema” impidan el “cambio” y como dijo el ministro Prada en su momento, “el que entendió, entendió”. Petro arrancó con economía a la baja lo que lo llevará más temprano que tarde a arrinconar la administración y una fiera arrinconada es más bestial.

No podemos confiar en las Cortes para que protejan la democracia, antes por el contrario serán parte de los “justificadores” de la extra-legalidad como hicieron con Santos. La excusa podría venir de una acusación gaseosa de “golpe de estado” que “crea” el sector judicial y saque a la calle las milicias. O bien de una especie de “séptima papeleta” que pida una Constituyente Popular, mientras la registraduria siga en manos no confiables.

¿Dado este riesgo latente, hasta cuando aguantaremos a Petro? ¿O dicho de otro modo, ante ese riesgo extralegal tenemos como defendernos? Es muy interesante, pues ya en el segundo gobierno Santos hubo un golpe de estado de los poderes públicos que quedó impune. Y en la medida que Petro, como su amigo Putin, crea que sus enemigos no tienen fuerza para contenerlo, procederá de forma extralegal.

Cada vez es más necesario reconstruir la confianza entre los ciudadanos y crear asociaciones de defensa de la democracia de todos los sectores, que pueda crear resistencia a un “cambio” autoritario. Las manifestaciones pro-Petro, dirigidas, han sido más bien pobres mientras crecen las antipetro. Eso afecta su gigantesco ego.

¿A cuánto tiempo estamos de ver al Petro autócrata? Lo contiene aún las próximas elecciones regionales; todo nos lo jugamos en ellas.

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