Viernes, 29 de Mayo de 2020
Por estos días de pandemia y confinamiento he tenido la oportunidad de conversar con estudiantes universitarios, quienes a estas alturas manifiestan su enorme pesar por no poder estar en las aulas recibiendo clases e interactuando con sus profesores y compañeros.
Sentimiento que expresa también el rector de la universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, quien dice que las aulas nunca pasarán de moda porque sencillamente es el escenario natural para interactuar y recibir conocimiento.
Los estudiantes por estos días sufren el encerramiento, desean estar en su campus universitario escuchando sus profesores, preguntando sobre el alcance del conocimiento que reciben, asistiendo a la biblioteca, auscultando en los laboratorios, disfrutando los escenarios deportivos, participando de las actividades culturales, o simplemente interactuando en las conversaciones de cafetería.
Todo eso resume la vida universitaria, elementos que no los puede proporcionar el computador. Se venía diciendo que en el futuro la universidad sería esencialmente virtual. Nos llegó de un solo golpe la realidad de ese anuncio, cuando nadie lo esperaba tan pronto; llevamos ya tres meses experimentando el sistema y la conclusión es que a los alumnos no se les puede someter a que toda su actividad tiene que reducirse a las cuatro paredes de su habitación, en medio de la soledad y apenas con la escasa posibilidad de hacer una pregunta a través de un chat.
El estudiante requiere conectarse con el mundo y desarrollar actividades múltiples que le permitan desatar la imaginación, crear ideas, desarrollar escenarios, colocar en los diversos medios el producto de su razonamiento, intercambiar opiniones que lo lleven a estimular un pensamiento crítico, y además darle oportunidad a sus aficiones y habilidades no propiamente académicas, para poder estar en capacidad de darle el complemento que su vida requiere y que su talento necesita.
La virtualidad es una herramienta entre muchas, desde luego muy valiosa en los actuales tiempos: pero ¿qué sería del ser humano si la convertimos en la única posible? con el argumento de que es más cómodo, o que es mas barata, o que ofrece alternativas múltiples para la obtención de la información?.
Los estudiantes, como seres humanos, todos son distintos, cada cual tiene unas capacidades individuales que son diferentes a las del resto y todas las fortalezas, así como las debilidades requieren ser identificadas y analizadas para que el proceso de aprendizaje sea exitoso en la medida en que pueda tener acompañamientos y disponibilidad de herramientas que permitan avanzar y obtener resultados.
Así es que tendremos aulas para rato, y quienes hemos sido estudiantes y también profesores, así como haber desempeñado responsabilidades de dirección en estos procesos, vemos que la virtualidad es sin duda una gran alternativa, pero seguirá siendo una entre muchas herramientas que tienen que estar disponibles.