Extraordinaria noticia han divulgado el gobernador y alcalde de la ciudad, relacionada con la reapertura de la frontera en la primera semana de junio, cerrada desde el 16 de agosto de 2015. Paralelamente, el representante del Protectorado del Estado Táchira, coincidió con las declaraciones de los funcionarios. 

El asunto se puede evaluar desde varios puntos de vista, puesto que el ingreso de miles de personas en sus vehículos o por cualquier medio de movilización, permitirá la reactivación de varios sectores de la economía, aunque también se abrirá la puerta a una serie de problemas sociales, que sin lugar a duda impactarán la ciudad negativamente.

Para información de mis lectores, una prestigiosa empresa de consultoría ha determinado juiciosamente el tamaño del parque automotor que transita en el Área Metropolitana de Cúcuta, con base en los registros del Seguro Obligatorio. Dicho trabajo es la primera vez que se realiza en la historia de la ciudad, puesto que al tener frontera abierta, había sido imposible cuantificar con alguna aproximación, cuántos vehículos circulan en el área mencionada.

Se determinó un total de 259.026 vehículos tipo automóvil, bus, camión y por supuesto motocicleta, incluyendo los registrados con matrícula extranjera los cuales representan el 22% aproximadamente. Respecto a la participación por tipo de vehículo, las motocicletas ocupan el primer lugar con 68%, seguido de los automóviles y camionetas con un 30%, dejando el 2% para buses y camiones.

Lo anterior significa que en nuestra ciudad transitan más de 176.416 motocicletas y 77.007 autos y camionetas, sin contar el desconocido número de automotores que han ingresado por las trochas y hoy sus propietarios reclaman (inocente o torpemente) el registro para no ser decomisados, aspecto que traté en detalle la semana anterior.

Ahora, viene la parte triste y es cuando ingresen cientos de vehículos que por simple lógica pasarán de inmediato a surtirse de gasolina local, muy regular entre otras cosas dada su baja capacidad de explosión en el motor, pero de excelente calidad para nuestros hermanos que deben comprar combustible traído de Irán y otros países, de pésimas características, para poder mover sus carros y cuando pueden, compran en dólares o pesos la que llevan desde nuestro territorio presuntamente de manera ilegal al hermano país. 

No me opongo en lo más mínimo a que todos los visitantes se aprovisionen de combustible, puesto que muchos lo hicieron allá por varias décadas hasta que llegaron los controles ante la escasez del mismo. Ahora, las autoridades deben contemplar un desabastecimiento prematuro, puesto que si antes duraba veinte días la gasolina subsidiada, ahora podrá durar a lo máximo dos días y de simple lógica, aparecerá el reclamo ciudadano como consecuencia de la reactivación económica entre los dos países.

La dinámica fronteriza viene cargada de anhelos y de oportunidades para las personas que vivieron por muchos años de la venta de gasolina y de seguro, tomarán nuevamente el volante para generar unos pesos que bien caen en estos momentos, mientras tanto, los residentes no van a estar muy complacidos por la situación que muy poco control podrá tener, porque además nunca lo ha tenido.