“La esperanza es un riesgo que hay que correr” George Bernanos
Al día de hoy las encuestas de intención de voto en Colombia son poco confiables y hay razones de sobra para que así sea, sin embargo, en lo que coinciden la mayoría es que hay una alta probabilidad de que haya segunda vuelta y que los dos primeros lugares en intención de voto hasta el momento los tienen los candidatos que representan ambos extremos políticos, que paradójicamente parecen necesitarse el uno al otro para mantenerse ahí.
Por un lado el uribismo necesita a Petro, quien es el candidato que más está a la izquierda, para poder validar el sofisma que han venido construyendo en relación a que “nos vamos a convertir en otra Venezuela”. Petro también necesita del uribismo para seguir presentando a esa campaña como la que encarna las peores prácticas de la política colombiana y el retroceso a épocas que se creían superadas en el país. Como el mismo candidato de la “Colombia Humana” lo reconoció hace poco, mientras el sube en las encuestas, Duque también lo hace, todo por miedo a caer en las “fauces del castro-chavismo” que para ellos, él representa.
Gustavo Petro le apuesta a la indignación de los sectores sociales y políticos del país que desde hace varios años reclaman un cambio en el manejo del Estado, eso sumado a un discurso vehemente en contra de las mafias y de la clase política tradicional con cierto tono populista. Él sabe que no la tiene fácil, en un escenario de segunda vuelta contra el candidato de Uribe puede pesar más el “antipetrismo”, fundamentado en la simpatía hacia Hugo Chávez expresada abiertamente por él hace algunos años, que el mismo “antiuribismo” que aunque día a día sigue creciendo, no es suficiente para garantizarle un triunfo al exalcalde de Bogotá.
La posibilidad que Petro gane en segunda vuelta no se puede descartar, pero él tiene claro que si no es esta vez, lo podría lograr en 4 años, luego de un posible mandato de los mismos que han gobernado durante las últimas dos décadas, gobierno que sería incapaz de combatir las causas estructurales de la corrupción que le roba más de 50 billones de pesos anuales a la inversión social y que amplía aún más las brechas económicas y sociales que tienen agotada a gran parte de la sociedad colombiana.
No deja de inquietar que si el que gana en segunda vuelta es Duque, realmente empezaríamos a parecernos al régimen venezolano de Maduro, ya que así como ocurre en el vecino país desde que Chávez llego al poder, se perdería la separación e independencia de los poderes, ya que Álvaro Uribe será el presidente del Congreso de la República, tendrá en la Casa de Nariño un presidente sin experiencia alguna en la rama ejecutiva, que le deberá su elección al expresidente y que tiene como principal propuesta modificar el poder judicial cambiando la Constitución para poder acabar con las actuales Cortes y crear una nueva “súper Corte” que carecería de independencia.
Otro de los candidatos es Sergio Fajardo, el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia viene de atrás para adelante creciendo en las preferencias de voto; alejado de la polarización y los extremos, sumando adeptos entre jóvenes, independientes y personas afines a otros partidos que están cansados de lo mismo. Fajardo basa su propuesta de país en la educación y en la lucha frontal contra la corrupción, apoyado por políticos reconocidos por su trabajo en estos temas como su fórmula vicepresidencial Claudia López, y los senadores electos Antanas Mockus y Jorge Enrique Robledo entre otros.
A pocos días de la primera vuelta presidencial aún no hay nada escrito, ningún candidato tiene nada ganado, ¡les llegó la hora a los colombianos de votar movidos por la esperanza y no por el miedo!, ese que históricamente ha escogido la mayoría de presidentes en el país con los resultados ya conocidos.
Politólogo - Universidad de Antioquia
Especialista en Opinión Pública y Marketing político - Universidad Javeriana
Twitter: @clavijoandres83