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El inmigrante
La vida allí se muestra en torno a un escenario de espejos.
Domingo, 1 de Mayo de 2016

En la frontera entre el mundo real y los sueños hay una brecha sutil: en ella se ubica el pensamiento cuando decide darnos la gran oportunidad de cruzar, con la razón, el asombroso límite de la imaginación.

Allí se siente el tiempo del cosmos, que no se detiene nunca, que abre la transparencia del cristal del universo y asoma al infinito, donde uno ya no es un intruso y siente la historia en su alma.

La vida allí se muestra en torno a un escenario de espejos, llenos de la memoria de ese viejo paseo que da la humanidad por los días, en los que se inscriben los instantes notables protagonizados por hombres y mujeres venerables.

Las claves de ingreso son variables: para quienes poseen talento innato, solo basta desarrollarlo, en poemas, o notas musicales, pinturas, o esculturas, leyendas, o cuentos y novelas, en fin, es más fácil; para nosotros los pobres mortales, normales, se hace indispensable utilizar el de ellos, como camino viable para reconocer las señales de la creatividad, las voces de ese impulso de espiritualidad que proviene del ejercicio de la fantasía.

Es como salir a observar desde el balcón, un poco más allá de la obscura forma de la rutina corriente, un universo ahora sí valioso que se expande en el viento grato de cada mañana y asegura las condiciones de un mejor destino.

Aunque soy de esta época he tratado de pertenecer a la de antes, en la cual existían circunstancias y personas más nobles, en un contexto de educación cualificado, sin tanto patán, con muchas cualidades naturales en torno a la bondad de compartir una sociedad sencilla.

Por eso me debo a los años de una nostalgia grata, muy provinciana, con aquella meridiana consciencia de que se podía ver el cielo y conversar con las estrellas, en medio de una maravillosa ingenuidad que no pertenecía a los aparatos.

Por eso soy inmigrante cultural y poseo acceso, cada vez más frecuente, a las regiones hermosas, a donde ahora se me permite llegar con mi soledad y mi silencio.

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