El patio trasero no se arregla, podando el pasto de la entrada, podría ser la consigna para el Catatumbo, el cual reclama una intervención integral y priorizada, pues como se plantean las inversiones que van hacer para la zona, nos  recuerdan a las empresas, que cuando compran el software, los equipos no los leen y cuando cambia los equipos, el software no les sirve.

En el Catatumbo anuncian multimillonarias inversiones y las son, pero una vez aplicadas no cambian nada; miles de millones de pesos en 5 kilómetros de vía y 65 restantes vueltos trizas sólo para llegar de Astilleros a Tibú. La verdad ese tipo de intervención, es plata perdida, como con los computadores y los programas, cuando pavimentan otro tramo, los primeros 5 kilómetros ya no existen.

El tema del Catatumbo es muy complejo, pero si no trabajamos en la parte social, creo que nunca lo vamos a resolver. Trabajar en la parte social no es dar subsidios, mercados o ayudas como siempre lo hacen de manera netamente asistencialista, dejando a unos cuantos contentos por unos días y a otros tristes y lo que es peor, resentidos por no haber podido recibir nada, teniendo muchas veces más necesidades.

Para nadie es un secreto que el Catatumbo es una zona rica por excelencia, pero quienes la han empobrecido son los gobernantes miopes que no han sabido generar las verdaderas sinergias para catalizar las potencialidades existentes en la zona y traducirlas en riqueza palpable para su gente. Hoy un nuevo Gerente Nacional para la zona del Catatumbo, que ni siquiera conoce la zona, pues cuando se refiere a El Tarra no sabe si es un municipio o una vereda de Tibú, se le llena la boca hablando de las cuantiosísimas inversiones que harán en esta olvidada región del país.

Norte de Santander no necesita que con sacrificio el Gobierno Nacional y la Gobernación inviertan en tramos de vías, necesitamos entregar en concesión la estructuración y diseño de una troncal, que hemos denominado en años anteriores del Carbón o de la Paz o si se quiere del Catatumbo, para que apalancados con esos dineros se encarguen de la construcción y puesta en funcionamiento de ésta, como en otro tiempo sucedió con la troncal del Magdalena Medio. Esa es la única forma de realmente cambiar el panorama.

Dejando la vía en manos de terceros que eficientemente trabajen en sacarla adelante, con el dinero aportado como plante para ese propósito; la Consejería, la Gerencia del Catatumbo y todas la demás figuras burocráticas creadas, deberían dedicarse a definir de una vez por todas el modelo de desarrollo económico de acuerdo a las potencialidades de la zona. Creo que el diagnostico situacional es claro, los dos temas claves son el minero-energético con todos sus derivados y la agroindustria.

Sin desarrollo económico basado en la potencialidad de la zona pero con vías, es como tener computador sin programas, pronto no servirán para nada. Por ello, sin temor a equivocarnos decimos: El Catatumbo requiere una intervención integral.