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Columnistas
De la resistencia civil
Reformas, reformas, reformas y todo sigue igual y seguirá igual.
Lunes, 30 de Mayo de 2016

Hace algunos días el expresidente Álvaro Uribe Vélez propuso la resistencia civil para oponerse a lo que se sabe o se sospecha acordado en los diálogos de La Habana, e inmediatamente algunos medios de comunicación satanizaron y distorsionaron lo propuesto por el expresidente.

En la izquierda argumentaron que el presidente Uribe Vélez les arrebataba un lenguaje propio, y los del  otro extremo confundieron la propuesta con resistencia armada. Ni lo uno ni lo otro, siendo que el mismo expresidente desde un principio aclaró que se trataba de publicar documentos y hacer presencia pacífica en las calles contra los acuerdos habaneros y el tsunami de reformas constitucionales y ley habilitante –con lo que ello implica- al mejor estilo del Socialismo del siglo XXI.

Reformas, reformas, reformas y todo sigue igual y seguirá igual. En su mensaje al Congreso en 1898 el entonces presidente Miguel Antonio Caro se expresaba con amargura porque los colombianos tenemos “esa manía epiléptica de reformar”, a veces sin necesidad y, otras, injustamente, para darle gusto a otros.

Entonces, cuando todas las concesiones santistas se implementen en reformas -y si la desaprobación de la gestión del Jefe de Estado sigue tan alta- no serán pocos los colombianos que recordarán aquella frase de Gilberto Alzate Avendaño en su famosa indagatoria: “No solamente he estudiado leyes, sino su filosofía, su justificación ética. Teólogos españoles como Suárez y Mariana me han enseñado que no se debe obedecer la ley injusta”.

Viene a mi memoria que cuando en febrero de 1906 se atentó contra la vida del presidente Rafael Reyes en la entonces afueras de Bogotá, a los autores materiales se les siguió un juicio sumario y fueron fusilados; pero no fueron los únicos fusilamientos, sino que aunado a las arbitrariedades y destierros propiciados por el régimen del Quinquenio, llevó a Miguel Antonio Caro a proponerle al general Benjamín Herrera que encabezara un levantamiento militar y asumiera el mando de la Nación. Pero el viejo roble ya estaba más allá del bien y del mal, no estaba interesado en un esfuerzo de esa magnitud y, aun así, optó por recomendar la resistencia civil.

Al final del periodo del Quinquenio, cuando el presidente Reyes veía que su popularidad era mínima –como si hoy dijéramos 13 por ciento- y la clase política tradicional recuperaba lo propio, aunado al hecho que en marzo de 1909 los estudiantes de medicina del hospital San Juan de Dios protestaron contra el general Reyes, lo obligaron a renunciar a la Presidencia de la República. Era el triunfo de la resistencia civil o pasiva recomendada por el general Benjamín Herrera, quien de caudillo militar hacía el tránsito a caudillo civil. Era su ingreso al civilismo.

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La Sociedad Colombiana de Ingenieros, en sus 129 años de su fundación, ha hecho merecedor al doctor Luis Eduardo Lobo Carvajalino de la distinción “Socio vitalicio”, luego de pertenecer durante 56 años como miembro activo de la entidad. La Sesión Solemne se realizará mañana miércoles, a las 04:00 p.m., en la sede “Julio Garavito”, barrio La Candelaria, de Bogotá. Felicitaciones.

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