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Cúcuta colapsa
Suena trillado el tema pero es la triste realidad.
Jueves, 17 de Diciembre de 2020

Suena trillado el tema pero es la triste realidad. En la última columna de opinión mencionábamos que estábamos en una tormenta perfecta. La pandemia ha sacado a relucir nuestros peores temores, desconfianzas, ha hecho ver a las malas las grandes falencias del sistema en especial de la infraestructura en salud de la región.

De seguro ser gobernante en este contexto ha de ser una odisea. Empero, ha sido la oportunidad de demostrar capacidad de gerencia, liderazgo, humanismo racional, solidaridad, pero por el contrario solo se ve una clase dirigente atrincherada, escondida “dejando hacer y pasar” a ver si el tiempo resuelve las omisiones de más de siete meses de preparación para sobrellevar la pandemia.

Además de lo anterior, se evidencia una dialéctica agresiva de imputar responsabilidades de manera abstracta a los cucuteños por el incremento de contagios en la ciudad. Por su puesto, la pandemia ha superado la cultura ciudadana de protección y auto-cuidado no solo en nuestra región sino en el mundo entero. Sin embargo, estamos persuadidos que la mayoría de personas intentan pero al final es casi inevitable contagiarse. De ello surgen varios interrogantes:

¿Serán los cucuteños unos inconscientes por no cuidarse para ayudar a que los contagios no aumenten y con ello el colapso del sistema hospitalario de UCI?  ¿Seremos los únicos en el mundo o también serán inconscientes los ingleses, españoles, italianos, americanos y alemanes que han decretado cierres totales en sus respectivos territorios? ¿La situación actual era previsible? ¿Qué presupuestos reales de libre destinación han invertido la Alcaldía de Cúcuta y la Gobernación de Norte de Santander para atender la pandemia? ¿Hay responsabilidades concretas o abstractas respecto al incremento de contagios y letalidad en nuestra región? ¿Qué estrategias eficaces y pertinentes se podrían desarrollar para ayudar a descongestionar las UCI del inminente colapso que no afecten otros derechos fundamentales como el mínimo vital y demás libertades?

En días recientes vino de visita el presidente Iván Duque a la región a supervisar unas obras estratégicas que el anterior gobierno nacional había dejado en ejecución. Para entonces ya la capacidad de las UCI estaba al borde del colapso y nuestros gobernantes guardaron silencio, solo atinaron a elogiar al presidente en un “reverencismo obtuso y centralista” y no hicieron de manera pública exigencias claras para lograr apoyos sustanciales en la crisis económica y social que está trayendo la crisis sanitaria con los nuevos toques de queda y posibles eventuales cierres de la ciudad y región.

No podemos olvidar que muchos sectores económicos han vivido y continúan viviendo un apocalipsis por los cierres y toques de queda nocturnos como son los propietarios de bares, restaurantes, discotecas, cines y demás actividades de entretenimiento. ¿Para ellos qué apoyos especiales vendrán en materia tributaria (predial e industria y comercio por ejemplo), financiera y crediticia para evitar perder la enorme cantidad de empleos formales que generan?.

En fin no hay soluciones mágicas para abordar esta tragedia. Lo que pasa en Cúcuta y la región está pasando en el mundo también y la mejor estrategia en el corto plazo es la exigencia y obtención urgente de la vacuna.

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