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Caravanas mortales
Sus conversaciones apuntan a temas triviales y con poco interés social, así en seno de sus hogares.
Domingo, 15 de Noviembre de 2020

Definitivamente hay un inmenso grupo de la población, que se resiste a creer la existencia del Coronavirus COVID – 19. Una de tantas pruebas la constituye el comportamiento irresponsable de personas cuyo segmento por edad, oscila entre los 17 y 32 años, quienes deciden utilizar sus motocicletas para recorrer algunas vías de la ciudad generando malestar.

Es muy fácil identificar a estas personas, puesto que la característica principal es que no creen en el letal virus y de ahí que son los mismos que frecuentan los bares, comercios de comidas rápidas y demás lugares que prefieren no “incomodar” a sus clientes exigiendo las normas básicas de bioseguridad. 

Sus conversaciones apuntan a temas triviales y con poco interés social, así en seno de sus hogares, hubiesen tenido bajo contagio a sus progenitores u otros miembros de la familia. 

Esas personas salen de sus casas con el tapaboca puesto y tan pronto se encuentran con sus grupos de interés, se lo quitan por aquello del “bullying” al que pudieran estar expuestos.

Ahora, retan descaradamente a la autoridad cuando por cualquier situación, deciden organizar caravanas en motocicleta, llevando algunos de ellos doble parrillero y en evidente estado de euforia debido al consumo de licor u otras sustancias alucinógenas o a los dos. 

Dicha situación en plena pandemia es realmente inaceptable y que la Policía Nacional no pueda controlar esa situación, pues sencillamente entramos al mundo de la anarquía y de ahí el aumento de la accidentalidad y la delincuencia. 

Las vías son públicas y ser permisivo para no enfrentarse a esos desadaptados, es inaceptable en el entendido que ese es el significado que para estos casos puede aplicarse. 

No respetar las señales de tránsito, llevar parrillero hombre, llevar dos personas de parrillera, conducir en estado de embriaguez o de sustancias alucinógenas o psicotrópicas, son conductas reprochables, que dada su frecuencia se van volviendo costumbre.

Considero, que las medidas adoptadas por la autoridad municipal, en materia de control a los motorizados deben tener metas de acuerdo a los planes que se tracen conjuntamente con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, puesto que los puestos de control que eventualmente se instalan para reducir la inseguridad, no ofrecen mayor garantía para los ciudadanos de bien, porque un alto porcentaje de los uniformados, ordenan detener la marcha en mayor proporción, a conductores de motocicleta de bajo cilindraje y sexo femenino, mientras por el mismo sector pasan los verdaderos delincuentes.

Concluyo que la indisciplina social, principalmente de un segmento de personas bastante jóvenes y atrevidas, reducirá la posibilidad de que nuestros héroes salven más vidas porque para los otros lo importante es la rumba, el licor y las celebraciones representadas en caravanas mortales.  

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