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Atacar la receptación
Elementos nada recomendables que deambulan por las calles de la ciudad.
Viernes, 8 de Octubre de 2021

Como preámbulo, antes de entrar en materia, me permito reseñar que, en la ciudad capital, a finales del mes de septiembre, se reunió un Consejo de Seguridad para tratar sobre el endurecimiento del Código Penal y procedimental. Así mismo, darle tratamiento de reincidentes a los ladronzuelos que en forma frecuente delinquen sin haber sido condenados, coincidiendo en muy buena parte con las recomendaciones en mi columna anterior.

En esta oportunidad, me referiré a la azotada de otra clase de elementos nada recomendables que deambulan por las calles de la ciudad, perjudicando a la ciudadanía y a las empresas de servicios públicos principalmente.

Cientos de medidores y tapas de alcantarillas son hurtadas por estos indeseables en perjuicio de los usuarios del servicio de agua potable y a las empresas que la prestan, con valores que oscilan entre $180 mil para los usuarios y $430 mil para las empresas.

A la empresa Veolia, solamente, la misma proporción de robos de tapas de contenedores, ruedas de los mismos y agarraderas con costos de $156 mil pesos las tapas, $67 mil cada rueda y las agarraderas a $11 mil, sin mano de obra y transporte.

Cientos de metros de cable robados a las empresas de energía, de telefonía e internet en detrimento de las finanzas de estas y de los usuarios que sufren la interrupción del servicio. Lo mismo ahora, con el robo del cable de los aires acondicionados, nueva modalidad.

Cientos y hasta miles de celulares, robados con perjuicio económico y seguridad física de sus propietarios.

El incesante robo de autopartes y accesorios de carros, (espejos, antenas, parrillas, tapas de la gasolina y adornos)

En fin, desmantelan toda clase de mobiliario urbano que contenga hierro, lata, cobre, plástico Etc. para venderlas en las chatarrerías.

Generalmente, no es tan rentable en forma individual para los bandidos, pues escasamente les sirve, en muchos casos, para el consumo de bazuco.

Los que si se lucran del ilícito negocio son los receptores(reducidores), con empresas formalizadas, que compran a huevo los artículos robados, unos para fundirlos y otros para venderlos, en muchas ocasiones, a la misma víctima.

La gente del común, se entera por diferentes medios, dónde se compran los objetos robados, por lo que no se entiende, cómo la policía permite el libre comercio de un comportamiento tipificado en el código penal.

Rompan, señores de la policía con ese canal de distribución que es el reducidor, ejerzan un control permanente que desestimule el rentable negocio, no vayan solo por la cuota mensual, quincenal o semanal, todos, sino la mayoría, conocen donde funcionan esos negocios.

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