El miércoles 2 de enero, primer día hábil del año, un grupo de uniformados pertenecientes al grupo operativo de la Policía de Tránsito, ubicó un puesto de control con grúa incluida sobre la calle 13 entre Avenida Los Libertadores y el depósito de Homecenter.

Una persona de reconocida solvencia moral, conducía un automóvil por la citada vía y dado que el último dígito su placa terminaba en 7, le correspondía su día de parada o placa – día en concordancia con el Decreto Municipal 0239 de 2017.

De inmediato le ordenaron detener la marcha y estacionar a un lado de la vía. Mi amigo, enseñó sus documentos y por fortuna los tenía en regla. 

El representante de la autoridad de tránsito le informó que estaba violando el mencionado Decreto, ante lo cual, el conductor le enseñó el carné que expiden las EPS, cuando la persona ha sido calificada y se ha determinado su grado de discapacidad. 

Según la versión del aparente infractor, el Policía miraba el carné por todas partes como si se tratara de un documento desconocido y de inmediato llamó a su superior, quien tampoco conocía el documento.

Dado su desconocimiento en el tema, le manifestó al conductor que debía bajarse del vehículo, situación que no fue aceptada por mi amigo, dado el nivel de ignorancia demostrado, la arrogancia y el completo desconocimiento de los documentos que portan algunas personas cuya discapacidad no es evidente.

Es decir, que no solo las personas que utilizan sillas de ruedas, son objeto de discapacidad, situación que a la fecha desconoce la autoridad de tránsito, aunque finalmente no tuvo opción diferente a dejar que continuara su camino.

Del tema pueden redactarse varias columnas, pero seré preciso. 

Tratar de ganar en un operativo a como dé lugar, no debe ser el objetivo de la Policía Nacional, porque así como el uniformado le exigió al conductor bajarse del automóvil por la duda existente, también el ciudadano podía dudar de la titularidad del Patrullero y en consecuencia podía exigirle su identificación policial, porque los uniformes no sustituyen la acreditación de autoridad.

Desde esta columna, recomiendo al Oficial responsable, nutrir a sus subalternos con la información pertinente que evite tales atropellos y que por lo menos lean las normas antes de aplicarlas y así se evitan los abusos. En cuanto al carné, deben solicitarlo a cualquier EPS, de tal manera que socialicen su contenido.

El Artículo 4 del Decreto 0239 de 2017, establece entre otras la siguiente excepción: “…

Vehículos conducidos por personas en estado de discapacidad que porten el símbolo INTERNACIONAL DE ACCESIBILIDAD (SIA) o que transporten a dichas personas. En caso que no sea evidente la limitación física, el conductor deberá acreditarse con el carné que expida la respectiva EPS, indicando el grado de discapacidad.”

Respecto a mi amigo, pensó por varios minutos: “amanecieron hambrientos”, aunque yo creo que fue otra incómoda actitud policial, frente al desconocimiento de una norma que deben conocer los responsables de la movilidad.