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Al mal tiempo, buena cara
Aquí va, pues, nuestro decálogo para el buen vivir en el 2023.
Jueves, 19 de Enero de 2023

Cuando Moisés subió al Sinaí, recibió de Jehová un decálogo de comportamiento, tallado en piedra, para que nunca lo olvidara. Moisés era un tipo cascarrabias y cuando vio que el pueblo no le obedecía, tomó el decálogo y lo rompió en pedazos. Le tocó, entonces, pedirle cacao al Señor, que le repitió la dosis, pero le advirtió:

-Si vuelves a romper la piedra, me sacas la piedra y te quedas sin decálogo.

Cuento lo que me cuentan, para contar que el comportamiento es básico en nuestras vidas, si queremos tener una existencia sabrosa, mucho más que la que un día nos prometió nuestra admirada vice.

Esta sección del periódico, preocupada por el futuro de sus favorecedores, amigos y lectores, ha craneado lo que podría ser una especie de decálogo para que este año, que comenzó con trazas de no ser muy halagador, no tenga efectos demasiado nocivos.

Aquí va, pues, nuestro decálogo para el buen vivir en el 2023:

I.- Siempre con Dios. Todos los días échese la cruz, rece un padrenuestro si no se le ha olvidado y encomiéndese al santo de su devoción. Todos tenemos un patrono en el cielo, a menos que se llama Zoilo María de la Concepción, por ejemplo. Si usted es ateo, haga caso omiso de este mandamiento, pero la culpa de lo que le suceda es suya. Se lo advertimos a tiempo, cuando apenas el año está comenzando.

II.- Al mal tiempo, buena cara. La lluvia trae bendiciones y el verano es necesario. Si el gobierno no es bueno, piense que nada es eterno en el mundo. Si la carestía acosa, piense que es por cosa de la inflación. Si le rebajan la pensión, diga que es bueno compartir.

III.- Buscarle la comba al palo. No todo palo sirve para caucheras. Debe tener una horqueta. Esta verdad, clara como el sol del mediodía al medio día, debe aplicarse siempre. Siempre y cuando haya horquetas. Buscar el acomodo y andar siempre por el camino recto. Jamás por los atajos, ni por las trochas.

III.- Apretarse el cinturón. Enero es un mes difícil, de vacas flacas. Las gordas fueron en diciembre, con hayacas, estrenos y jartazón. Llegó la hora de mermarle a la correa.

IV.- Cumpla lo de la dieta. Ud se comprometió, a la media noche del 31 de diciembre, que este año sí rebajaría esos kilitos que le sobran por culpa –según usted- de su mamá y de su amante que le da de todo. Párese en la raya y diga: ¡No más!

V.- Sálgale al astro. Camelle. Lúzcase. Deje la vagancia para el año entrante, pero éste será el suyo, el de los logros. Hágale, palante porque patrás dizque asustan. Usted puede.

VI.- Sin embargo, descanse. El mismo Dios trabajó seis días y se dio el ancho el domingo. Hay que darle descanso a esa máquina llamada cuerpo. Una canita al aire, de cuando en cuando; una viajadita al mar; un cambio de clima. Cualquier cosa es cariño con el cuerpito. Consiéntalo.

VII.- No todo lo que brilla es oro. No lo olvide. Que no sea todo dinero, riqueza, haberes. Preocúpese por tener lo necesario, que Dios no abandona a nadie.

VIII.- La fe mueve montañas. Eso dicen. Póngale fe que estos 365 días serán los mejores de su vida. Y serán.

IX.- Sea generoso. Si alguien necesita una ayuda y usted puede, ayúdelo. “Hoy por mí, mañana por ti”. La vida es una ruleta. 

X.- No corra porque se cansa. Vaya despacio, pero seguro. Recuerde el ejemplo de la tortuga. ¡Feliz año!

gusgomar@hotmail.com

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