El ministro de Salud, Juan Pablo Uribe Restrepo, es médico especializado en políticas de salud. Su profesión la ha ejercido en el país y en el exterior, con desempeños científicos, académicos y administrativos.

Recientemente estuvo en Cúcuta para tratar asuntos propios de su cartera y tener una mayor información sobre los efectos generados por la migración de venezolanos a esta zona fronteriza. Acompañó, además, al presidente Iván Duque en el taller Construyendo país que se llevó a cabo en la ciudad el pasado 24 de noviembre.

Uribe Restrepo conversó con La Opinión sobre sus gestiones articuladas al programa que promovió el jefe de Estado, en el campo de la salud.

¿Cuál cree que es el problema más grave del país en materia de salud?

Creo que es la conjunción de varios problemas que se han sumado en el tiempo y amenazan el progreso que Colombia ha alcanzado en los últimos 20 o 30 años. El problema de acumulación de deuda es muy grande. Hay un problema en el equilibrio financiero diario, en la capacidad de atención del hospital público colombiano. Hay retos de salud pública y una expectativa de calidad en la atención a los ciudadanos que no siempre logramos resolver. Todo eso está reconocido y es un reto que debemos tomar en cuenta.

¿Cómo ve a las empresas prestadoras de servicios de salud?

Las EPS están muy cuestionadas hoy porque hay señalamiento de dilaciones en la atención, no continuidad de los medicamentos, en muchos casos incumplimientos serios a la responsabilidad de aseguramiento que el Estado les dio. Pero sí debo anotar que detrás de ese promedio, hay EPS serias haciendo un esfuerzo por cumplirle al país. El interés del Gobierno es que podamos evaluarlas a todas y de la mano de la Superintendencia de Salud, aquellas que no cumplan con los servicios y las expectativas de sus funciones, sacarlas del sistema de salud.

¿En qué medida afecta la corrupción la prestación de los servicios de salud en Colombia?

No puedo dimensionarlo, pero digo que la corrupción ha sido parte de la afectación de nuestro sistema de salud y que en cualquier grado debe ser condenada de la manera más dura posible. 

¿Cómo está el funcionamiento de los hospitales?

En Colombia, los hospitales han tenido un desarrollo importante en los últimos 30 años. Sin embargo, el hospital público, que en un 70 por ciento de los municipios del país es el único prestador del servicio disponible para la ciudadanía, se ha venido quedando atrás en su capacidad resolutiva, en su inversión tecnológica, en el mismo desarrollo de su talento humano. Detrás de este rezago hay unos problemas evidentes de politiquería y otros tienen que ver con los flujos financieros de las EPS y con la manera en que se organizan en red en el territorio. 

¿El sistema subsidiado de salud atiende satisfactoriamente en cuanto le corresponde las necesidades de los pobres en Colombia?

Las cifras nos indican que sí. Pero todos sabemos que en el régimen subsidiado, como en el contributivo, hay unas EPS que no están dando el nivel de salud que sus afiliados están esperando y merecen. Hay, además, unas zonas del país, municipios muy pequeños, alejados y distantes, donde el régimen subsidiado y también el contributivo, no va a lograr el cumplimiento de las expectativas en salud de la población. 

¿Y qué van a hacer desde el Gobierno al respecto?

Para esas zonas de Colombia queremos un modelo distinto de salud, que traiga más subsidios a la oferta, que tenga una presencia pública más sólida y más actividades de salud pública integrada.

En cuanto a la prevención en salud, ¿cómo está el país?

Los indicadores de salud en el país vienen mejorando en su gran mayoría en el promedio. Pero detrás del promedio se esconde la inequidad y se esconde la pobreza. La salud pública tiene la responsabilidad de llegar a esas poblaciones de mayor riesgo e intervenirlas. Queremos volver a integrar las prioridades de política pública, en casos como la tuberculosis, la malaria, la accidentalidad vial y la vacunación.

Durante su gestión, ¿dónde va a estar el mayor énfasis en salud?

Queremos trabajar cinco líneas de desarrollo que son de largo plazo para la salud colombiana. Gran énfasis en la calidad, para devolverle salud a la salud.  Un  esfuerzo focalizado en salud pública. Un reconocimiento al desarrollo de nuestro talento humano y por último, trabajar por la sostenibilidad financiera de un sistema que está en desequilibrio. Esos son los ejes de trabajo del Ministerio.

La atención a los inmigrantes venezolanos ha generado una deuda muy grande al hospital Erasmo Meoz de Cúcuta. ¿Qué ha pensado el Gobierno al respecto?

Hemos hecho un esfuerzo para acompañar al hospital Erasmo Meoz en ese servicio tan importante que está prestando a los migrantes venezolanos. Pudimos, recientemente, asignarle seis mil millones de pesos, para atender una deuda que es mucho mayor y desde el Gobierno Nacional se está trabajando en el Conpes que nos permita contar con instrumentos nuevos el año entrante, para acompañar no solo ese esfuerzo financiero sino también el esfuerzo técnico y del sistema de información que viene con la crisis migratoria. 

Esta ayuda en salud requiere también de tratamientos especiales para muchos, pero los recursos no son suficientes. ¿Cómo se responde ante eso?

Lo primero es reconocer esa gran labor humanitaria que ha prestado la red hospitalaria de Cúcuta y Norte Santander. Nos debe llenar de orgullo ese esfuerzo. Por otro lado, también es cierto que tenemos recursos limitados. En este momento el gran foco está en esa atención primaria, en la atención materno infantil y por supuesto, en resolver cualquier situación que esté comprometiendo de manera urgente la vida. En la medida en que podamos generar instrumentos nuevos para acompañar este fenómeno migratorio, ojalá con gran cooperación internacional, como debe ser, vamos a poder ampliar la oferta de ayuda para protección a los migrantes. Pero nos corresponde conseguir los instrumentos que hoy no tenemos.