Los padres de familia de los niños campesinos de la zona del Catatumbo padecen un verdadero calvario a la hora de la atención oportuna ante los brotes de enfermedades debido al pésimo servicio de salud.
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Históricamente los menores de edad han sufrido afectaciones en las vías respiratorias y digestivas, incluso desnutrición y paludismo.
Esa situación de extrema pobreza y abandono por parte del Estado se constituyó en la justificación para que a principios del presente siglo el sacerdote David Solano Carpio, nacido en Convención, capellán del equipo de fútbol del Inter de Milán, formulara un proyecto encaminado a la construcción de una clínica pediátrica en su tierra natal.
En el 2000 todo marchaba como ‘Dios manda’, el presbítero conformó la Fundación ‘Un gol por la vida’ con el firme propósito de canalizar recursos de reconocidos futbolistas del Calcio italiano para hacer realidad ese sueño.
Incluso alcanzó a llevar a 35 niños de la banda infantil a la ciudad del Vaticano, quienes cantaron al papa Juan Pablo II, revelaron las necesidades más sentidas y regresaron con la ilusión de gozar con un centro diagnóstico para atender a la población del municipio panelero y la zona de influencia.
El pitazo inicial
Con la bendición divina, la iniciativa comenzó a tomar forma y fue aprovechada la coyuntura de la elección del hermano del cura David, Carlos Eduardo Solano Carpio, como alcalde de Convención, para materializar la idea.
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Trascendió a este medio que los deportistas aportaron una millonaria cifra utilizada para la compra del predio, la adecuación de los consultorios, construcción de apartamentos para los especialistas y la adquisición de los equipos.
Sin lugar a dudas, una jugada genial del sacerdote para ayudar a la niñez del Catatumbo, sumida en el desinterés de los gobernantes de turno.
No resultó
Pero, no todo resultó como lo planeado y el malestar de la comunidad inició cuando los dignos representantes del balompié mundial llegaron al municipio a entregar evidencias de la inversión ante el fisco europeo. Había que inaugurar la obra con la presencia del clero, los futbolistas y los dirigentes de la región.
En el 2010, llegaron las camillas, incubadoras, equipos y aparecieron algunos encorbatados y supuestos médicos en batas. Fue la sensación el arribo de los destacados deportistas, quienes solo masticaban algunas palabras en español. Todos querían tomarse la foto del recuerdo, incluso participó el cardenal Darío Castrillón.
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Estaban Zago, defensa central de la Roma y campeón con Brasil de la Copa América del 99, Aldair, pilar de la defensa brasileña en la obtención del mundial de Estados Unidos y Luigi Di Biagio, dos veces mundialista por Italia y autor del penal decisivo en los cuartos de final de la Euro 2000 contra Holanda. Todos llegaron en un helicóptero.
“Fue un engaño horrible, pusieron de burlesco a toda una región, esas personas que se prestaron para la farsa, no dimensionaron el daño que le estaban haciendo a los niños del Catatumbo. Allá en Europa piensan que tenemos una clínica, pero todo es falso. ¿Qué pensará Iván Ramiro Córdova quien también aportó?”, indicó el exalcalde de esa población Rosendo Bermont Carvajal.
Doce años después la estructura está deteriorada por el inclemente paso del tiempo y los médicos y especialistas nunca llegaron.
De lo que sería un gran centro médico para los niños, en el primer piso funcionó una marquetería y solo se observan vestigios. En el segundo nivel quedaron ocho apartamentos administrados, al parecer, por familiares del sacerdote y no se sabe el destino de los arriendos. En torno a los equipos médicos hay un misterio.
En Convención existe total hermetismo, nadie se atreve a hablar, el silencio es sepulcral.
Hay que recordar que años después fue asesinado en las calles de Convención Carlos Eduardo.
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La Opinión intentó establecer contacto con el sacerdote o dialogar con familiares, pero fue imposible.
El capellán cuestionado
Cuando estalló el escándalo mediante un comunicado a la opinión pública, sacerdotes aclararon que el cura que presuntamente estafó a los futbolistas no hace parte de la Diócesis de Ocaña. David Solano desde muy joven viajó rumbo a la península itálica para continuar la preparación en teología.
Desde su llegada a Europa mantuvo una estrecha relación con los equipos del Calcio italiano donde los jugadores hacen aportes para sostener su fundación.
De hecho, en la oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Convención el inmueble figura a nombre de la fundación ‘Ayúdanos padre, hijo, espíritu santo para la sociedad, la persona y la familia’.
El silencio por temor está afectando a esa población, mientras la estructura se deteriora. Hoy día cuando esa población tiene grandes problemas de salud, cobra importancia el funcionamiento de una clínica pediátrica.
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