Sábado, 7 de Diciembre de 2013
Sólo por otra casualidad más de la vida, al sentarme a escribir esta columna antes de terminar un año más, leo al azar cualquier otra, y me encuentro con la que escribí justo hace un año, antes de terminar el 2012, y así probablemente en un año podría estar escribiendo la de antes de terminar el 2014, y ese es un ejemplo de lo que sucede en nuestras vidas, que se repite continuamente, y por ello Nietzsche tenía razón cuando hablaba de la idea del eterno retorno, al tratar de hacer una reflexión sobre lo que es la vida del hombre en la que los sucesos se pueden llegar a repetir de manera indefinida e infinita en la que lo único que transcurre con sorpresa, es que el tiempo sigue pasando. Por ello también tenía razón Albert Camus, aquel escritor francés quien vivió sus primeros años en el norte de África, y su padre quien muy joven partió para la guerra y murió en ella, su hijo, algún día cuando fue a conocer al norte de Francia la tumba de su padre, y quedó sorprendido, más que por la tumba, por la fecha en qu
e había muerto su padre, pues en ese momento Albert advirtió que había vivido más de lo que vivió su padre. Camus dijo que el mejor homenaje que el hombre le puede hacer al futuro, es vivir intensamente el presente. Sin duda que tenía razón.
Y paso desordenadamente a otra frase que tiene que ver con el tiempo y la vida, como la de T.S. Eliot: “Mientras la mujer vive de los recuerdos, el hombre vive del olvido”, no sé qué tanto sea cierto, pero por lo menos antes de que termine el 2013, esa puede ser una buena reflexión. La anterior podría complementarse con una de Simone de Beauvoir sobre el amor, que algunos la pueden ver como muy irreverente: “Mientras que para la mujer el amor es la vida misma, para el hombre puede ser una actividad pasajera”. Claro que estas últimas frases podrían llegar a tener una respuesta letal, una especie de venganza de ellas, desde luego que de de la mano de Oscar Wilde, quien precisamente por su irreverencia a la sociedad inglesa a quien siempre tildó de hipócrita, esta última lo llevó a la cárcel. En alguna ocasión llegó a decir: “Que toda mujer tiene un príncipe azul, idealiza a un hombre, y mientras lo encuentra, se casa”.
Una sobre cómo llega el amor, una buena frase antes de terminar un año, como aquella escrita por Françoise Giroud: “El amor llega sin desafío ni sentimientos de culpabilidad, un poco como se descubre algo bendito, gracias a lo cual el mundo se vuelve perfecto”. Eso es así, y cuando se vive, es una hermosa realidad. Son algunas reflexiones y pensamientos antes de terminar con un nuevo año, que sin duda algunas de ellas pueden resultar ser un mejor aliciente, con las que podamos estar o no de acuerdo, pero en todo caso mucho mejor que los análisis y conjeturas que podemos hacer sobre la política y la economía cuando se acaba un año, porque estas últimas siempre serán pasajeras y en ocasiones hasta aburridas, mientras las primeras como si se tratara de un regalo de navidad, nos pueden quedar para toda la vida.
e había muerto su padre, pues en ese momento Albert advirtió que había vivido más de lo que vivió su padre. Camus dijo que el mejor homenaje que el hombre le puede hacer al futuro, es vivir intensamente el presente. Sin duda que tenía razón.
Y paso desordenadamente a otra frase que tiene que ver con el tiempo y la vida, como la de T.S. Eliot: “Mientras la mujer vive de los recuerdos, el hombre vive del olvido”, no sé qué tanto sea cierto, pero por lo menos antes de que termine el 2013, esa puede ser una buena reflexión. La anterior podría complementarse con una de Simone de Beauvoir sobre el amor, que algunos la pueden ver como muy irreverente: “Mientras que para la mujer el amor es la vida misma, para el hombre puede ser una actividad pasajera”. Claro que estas últimas frases podrían llegar a tener una respuesta letal, una especie de venganza de ellas, desde luego que de de la mano de Oscar Wilde, quien precisamente por su irreverencia a la sociedad inglesa a quien siempre tildó de hipócrita, esta última lo llevó a la cárcel. En alguna ocasión llegó a decir: “Que toda mujer tiene un príncipe azul, idealiza a un hombre, y mientras lo encuentra, se casa”.
Una sobre cómo llega el amor, una buena frase antes de terminar un año, como aquella escrita por Françoise Giroud: “El amor llega sin desafío ni sentimientos de culpabilidad, un poco como se descubre algo bendito, gracias a lo cual el mundo se vuelve perfecto”. Eso es así, y cuando se vive, es una hermosa realidad. Son algunas reflexiones y pensamientos antes de terminar con un nuevo año, que sin duda algunas de ellas pueden resultar ser un mejor aliciente, con las que podamos estar o no de acuerdo, pero en todo caso mucho mejor que los análisis y conjeturas que podemos hacer sobre la política y la economía cuando se acaba un año, porque estas últimas siempre serán pasajeras y en ocasiones hasta aburridas, mientras las primeras como si se tratara de un regalo de navidad, nos pueden quedar para toda la vida.