El director entrante de la DIAN, Luis Carlos Reyes, calmó los ánimos que se agitaron en los últimos días sobre la posibilidad de que el gobierno entrante cobre impuestos por las bebidas azucaradas y los planes de telefonía móvil de más de 38.000 pesos. Lo hizo al finalizar una reunión prioritaria del equipo de empalme de Gustavo Petro, en la que se abordó la reforma tributaria que propondrán con la llegada al poder.
Reyes se refirió, en primer lugar, a una propuesta que hizo pública la ministra de Cultura entrante, Patricia Ariza, quien consideró necesaria una “ampliación de la base gravable al impuesto nacional al consumo a la telefonía móvil” debido a que, según dijo, este recaudo es una fuente de financiación fundamental para el sector que cubre su cartera.
“La medida de los celulares era una sugerencia que se estaba discutiendo en un momento que se pensaba que era mucho más privado. Digamos que esa no es una medida que estamos contemplando”, le dijo Reyes a Blu Radio, dando por finalizada una polémica que se levantó entre los gremios y otros expertos, que aseguraron que esta opción terminaría afectando a los más pobres.
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Por otro lado, Reyes también dio por cerrada la discusión que se desató por la posibilidad de que el gobierno entrante propusiera un impuesto a las bebidas azucaradas. Un tema que lleva, en sí mismo, años de debates en el congreso, sin llegar a conclusiones determinantes.
Si este cobro “toca el bolsillo del colombiano de a pie, tampoco iría”, aseguró Reyes ante el medio nacional sobre la idea que tenía la ministra de Salud designada, Carolina Corcho, de solicitar que se considerara este impuesto para la reforma tributaria del gobierno entrante.
Según Corcho, este cobro tendría efectos positivos en la salud pública “porque desincentiva el consumo de gaseosas y azúcares” y disminuiría “las enfermedades crónicas no transmisibles.
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La propuesta causó polémica y burlas desde algunos frentes, luego de que un periodista asegurara que estos productos hacen parte de la canasta básica. Finalmente, el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, aseguró que las bebidas azucaradas han estado presentes en “las diferentes mediciones históricas de la inflación desde 1988 y pesa el 0,76 % del presupuesto de los hogares, entre las gaseosas que consumimos en el hogar y en las tiendas de barrio”.
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